Por Ana Magallanes
Es común observar entre los hermanos, peleas y/o discusiones en distintos ambientes que llegan a preocupar, lógicamente, a los padres y es muchas veces, motivo de consulta. No obstante, las peleas entre hermanos no es un tema actual, podemos remontarnos a casi el principio del tiempo, con dos personajes que son mencionados en la literatura, Caín y Abel.
¿Por qué esta historia sería relevante? … Porque encontramos detalles que brindan mayor conocimiento sobre las peleas entre hermanos dentro de la dinámica familiar.
Para empezar, se cuenta que Caín era el hermano mayor y Abel, el menor. Ambos trabajaban en la tierra que se les fue dada por Dios. Sin embargo, Dios mostraba mayor preferencia por uno de ellos, en este caso, Abel y por el contrario, minimizaba las ofrendas que Caín le llevaba. Por lo tanto, Caín al estar envuelto de celos y rabia ante un posible rechazo hacia él, decidió matar a su hermano Abel y, Dios al saber esto, castigó a Caín y lo sacó de su presencia…
De esta historia podemos señalar algunos puntos claves:
- Posición ordinal entre hermanos:
Caín era el hermano mayor de Abel, es decir, podemos inferir que la llegada de un nuevo hijo pudo haber impactado al hermano mayor, pues significaba un gran cambio para su vida porque tuvo que compartir el afecto de los padres con el hermano y además, mostrar una actitud cariñosa y de aceptación. Sin embargo, al manifestar ciertos sentimientos de celos y/o rabia, estos no son comprendidos ni acompañados durante este nuevo proceso, sino que son criticados y castigados.
- Actitudes de los padres:
En la literatura, vemos que Dios manifestaba preferencia hacia uno de los hermanos y mostraba cierto rechazo hacia el otro. Muchas veces los padres, sin ser conscientes, muestran una marcada preferencia por uno de los hijos y minimizan al otro, ya sea con frases o actitudes. Por ejemplo, comprar cosas para uno de los hermanos, hacer comparaciones, se sanciona solo a uno, etc. Y pueden justificar sus preferencias debido a la edad del menor, el sexo o alguna condición física.
- El ambiente emocional familiar:
Los padres también tienen sus propias discusiones en relación a temas personales y/o pareja, y pueden mostrar desesperación al añadirse las peleas entre los hermanos. Por ello, suelen tomar medidas como: ser igualitarios y darles lo mismo a los hijos y se sorprenden cuando en vez de ayudar, pareciera que fomenta más las peleas. No se trata de ser igualitarios, sino equitativos según las características de cada hijo, es decir, brindarles a cada quien lo que necesite.
Entonces ¿Cómo se puede lidiar con las peleas entre hermanos?
Hay que recordar que la relación entre hermanos, no solo depende de la unión común con los padres, sino también de varios factores como: la posición ordinal entre los hermanos, las actitudes de los padres, el ambiente emocional familiar, la edad y sexo, entre otros.
Es recomendable que los padres:
- Sean los primeros en acompañar sin juzgar a los hijos, si observan algunas actitudes o sentimientos de rivalidad y/o peleas durante el juego o en otros espacios. De ser el caso de mayor intensidad, recurrir a un profesional para abordarlo.
- Limitarse a mostrar preferencias hacia uno de los hijos, pues esto es muy percibido por ellos mismos y alimenta los celos.
- Brindar reglas claras dentro de la familia, tomando en cuenta las necesidades y características de cada hijo para llegar a mutuos acuerdos.
El tener hermanos favorece ampliar el marco social en el niño, pues es una oportunidad para relacionarse con un otro (distinto a la madre o padre). Por eso, es fundamental la actitud que optan los padres para facilitar esta relación social entre los hermanos.