El cuidado por la salud mental se ha ido priorizando gradualmente en los últimos años, aspirando a situarse como una categoría de igual importancia que la salud física.
Sin embargo, a pesar de la disposición que se pueda tener para acudir a psicoterapia, se debe tener en cuenta que muchas veces los futuros pacientes pueden desalentarse al tener que pagar por un trabajo “sencillo” a sus ojos, como el “solo escuchar” los problemas de otra persona.
Por lo que, siendo el factor económico un componente de importancia para la persona que solicita ayuda psicológica, en esta oportunidad hablaremos acerca de las dudas respecto a la inversión de iniciar un proceso de psicoterapia.
Para empezar ¿Cuánto puede costar una consulta psicológica?
El precio de una consulta o sesión psicológica depende de muchas variables, desde las culturales sobre la importancia que se le da a la salud mental, como variables particulares de cada psicólogo como lo son el grado o título que se posee, la experiencia profesional, uso de recursos materiales o el alquiler del espacio.
Los precios varían altamente, pero en general son los psicólogos que están iniciando su práctica profesional quienes ofrecen precios reducidos, y los honorarios van aumentando conforme el psicólogo posea mayor experiencia.
¿Por qué un psicólogo cobra por escuchar?
En principio, un psicólogo cobra por escuchar no como finalidad sino como medio para conseguir un cambio o mejora en la persona.
Se puede entender como un proceso, donde primero se escucha al paciente, esto permite analizar las conductas o los pensamientos que se mencionan en sesión; siendo en base a ello que el terapeuta podrá realizar las interpretaciones que motiven el cambio de conducta o la solución de los problemas que le han traído a terapia.
¿Por qué debería pagar por consejos si los puedo recibir gratis?
Pues, aunque generalmente pueden confundirse, la psicología y la consejería son distintas.
Por un lado, un psicólogo ha tenido un proceso de formación y preparación para poder ejercer su profesión, tomando en cuenta consideraciones teóricas y éticas al momento de actuar. Mientras que en la consejería no se requiere alguna formación o título, pudiendo ser desempeñada por un amigo o familiar.
Por lo que, ante situaciones de confusión, desconcierto o angustia se puede acudir a una persona cercana. Pero, ante dificultades de mayor gravedad como sentimientos prolongados de depresión, ansiedad o experiencias difíciles de la infancia, se recomienda acudir a un psicólogo e iniciar un proceso de tratamiento.
Finalmente, ¿hay alguna diferencia entre la atención que recibo del sector público y el privado?
El sector público hace referencia a aquellos espacios generados por instituciones estatales como hospitales o municipalidades que brindan atención en lo que refiere a salud mental; y sector privado hace referencia a clínicas o centros.
La principal diferencia entre ambos es la cantidad y frecuencia de las sesiones que se pueden realizar:
-En el sector público aunque el costo es mínimo o ninguno, por lo general el número de sesiones es limitado (entre 4 o 10 sesiones) o puede ser que en lugar de una visita semanal se haga quincenal o mensual.
-En el sector privado, hay un costo, pero no hay un límite establecido de sesiones y por lo general las sesiones son semanales. Por lo que, el proceso terapéutico puede mantenerse el tiempo necesario para lograr los cambios esperados por el paciente, evitándose la necesidad de cambiar de psicólogo o tratamiento.
Finalmente, se debe tener claro que ambos sectores poseen profesionales calificados en su labor, que hasta pueden prestar servicios en ambos sectores a la vez.