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Por Mariana del Castillo Díaz
El embarazo en la adolescencia es un tema que siempre ha generado mucha angustia y alarma en los padres. Sumado a ello, en la actualidad vemos cómo los medios de comunicación exponen a los niños y adolescentes a información e imágenes sumamente explícitas en relación al sexo, incrementando así la preocupación de los padres ante un posible embarazo no deseado en la adolescencia.
¿Qué podemos hacer los padres para prevenirlo? La comunicación es la clave.
- Es fundamental conversar con las hijas acerca de sexualidad de una manera natural, clara y directa y esto puede hacerse desde que son muy pequeñas. La sexualidad es un concepto más amplio que el sexo e incluye también aspectos relacionados a la identidad, la intimidad, la afectividad y las relaciones. Es importante que las niñas pequeñas conozcan bien su cuerpo y que aprendan acerca del cuidado y el respeto por el propio cuerpo y el del otro. La idea es brindarles información adecuada a su edad y dar respuesta a sus preguntas, pero esto sin introducir algo que ellas aún no hayan mencionado. En el caso de las púberes y adolescentes sí es importante incorporar más temas, por ejemplo, los cambios en el cuerpo, la menstruación, las nuevas sensaciones, los nuevos intereses amorosos, dejando claro que estas nuevas vivencias son parte de su proceso de desarrollo.
- En el caso de las adolescentes, los padres tienen la responsabilidad de hablar con sus hijas de manera más directa acerca de sexo y de métodos anticonceptivos. Se recomienda hablar con ellas desde el plano de sus emociones y de cómo experimentan sus nuevos impulsos (no hay que quedarse solo en lo biológico). Hay que explicarles los diferentes métodos que existen para evitar un embarazo y el contagio de enfermedades de transmisión sexual. No es suficiente mencionar solo la abstinencia, ellas tienen derecho a conocer cómo funcionan estos métodos y cómo acceder a ellos. Esto les permitirá estar más preparadas ante un posible encuentro sexual, de manera que puedan tomar una decisión informada teniendo en cuenta su salud y, por supuesto, que vaya de acuerdo a su forma de pensar y a sus propios valores.
- Hablar con las hijas acerca de sexualidad y sexo puede generar angustia y puede resultar incómodo para muchos padres. Sin embargo, es importante superar estas resistencias, ya que este tipo de comunicación fomenta la confianza entre padres e hijas y hace que la relación sea más fuerte. Es mejor responder a sus preguntas en casa, donde pueden ser escuchadas con apertura y orientadas, a que encuentren sus respuestas en otros espacios donde no existe este cuidado.
¿Y si mi hija adolescente ya está embarazada?
Se trata de un gran cambio que toma tiempo asimilar y comprender. La clave está en el acompañamiento a la adolescente tomando en cuenta las siguientes consideraciones:
- Primero, hay que aceptar que es un momento sumamente delicado y difícil que moviliza muchas angustias y temores tanto en la propia adolescente como en la familia. El embarazo cambia los planes y las expectativas a futuro que podía tener la misma adolescente, así como sus padres, lo cual puede ser muy doloroso en un inicio. Es un momento de intensa incertidumbre, en el que la adolescente no logra visualizar qué es lo que va a pasar con ella y con su vida. Asimismo, siente mucho miedo de contarlo a la familia, Por lo tanto, es importante ser consciente de que la actitud de los padres frente a la noticia influirá muchísimo en la manera en que la adolescente escogerá lidiar con lo sucedido.
- Las adolescentes embarazadas se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad y riesgo. Si bien cuentan con la madurez a nivel biológico como para tener un hijo, aún requieren de mucho apoyo a nivel emocional y necesitan la guía de sus padres y/o de personas cercanas y de confianza que las acompañen a pensar y afrontar los cambios que le tocarán vivir.
- Resulta fundamental cuidar y nutrir el vínculo entre la adolescente embarazada y su madre, ya que la calidad de la relación entre ellas facilitará el desarrollo y descubrimiento de su propia identidad como madre. Recordar su propia experiencia de embarazo las ayudará a comprender mejor a sus hijas y a acompañarlas en el proceso. Hay que tener en cuenta que si bien la situación se da de manera inesperada, el bebé se encuentra en todas las posibilidades de crecer en un ambiente de amor, de cariño y de calidez