La adopción: una realidad de la que se habla poco
Al hablar de maternidad o de paternidad muchas veces asumimos que estamos refiriéndonos únicamente a las madres o padres biológicos. A veces olvidamos que existe un grupo de madres y padres muy importante y muy valioso que también debe recibir nuestra atención. Se trata de personas que tienen mucho cariño y amor por brindar, personas cuyo deseo de cuidar y criar a alguien es tan grande, que deciden adoptar. El proceso de adopción no es fácil, implica muchos trámites y puede durar varios años. Durante el mismo, los padres son constantemente evaluados para determinar si cumplen o no con los requisitos para ser padres adoptivos. Si bien es un proceso largo y difícil, tiene sentido si pensamos que la finalidad es que el niño, la niña o el adolescente logre ser acogido por un hogar en el que esté seguro y será querido.
Ser mamá y papá adoptivo es un gran reto
Si de por sí ser mamá o papá es todo un desafío para el que nadie nos preparó, mayor aún es el reto que asumen los padres de hijos adoptados. ¿Y a qué se debe esto? En primer lugar, los niños y adolescentes en adopción tienen una historia complicada y usualmente dolorosa que no se puede dejar de mencionar. La adopción suele darse luego de experiencias traumáticas y de abandono (Esteban, 2017). Incluso si la adopción tiene lugar cuando los niños son muy pequeños, quizás ellos mismos no lo recuerden ni lo entiendan, pero sí hay un registro que permanece, una huella de experiencias difíciles, por ejemplo, carencias afectivas, maltrato o problemas de nutrición (Esteban, 2017). Estas huellas tendrán un impacto en la manera de vincularse consigo mismos y con otras personas. Por lo tanto, los padres adoptivos tendrán que tomar esto en cuenta para poder responder y atender adecuadamente a las necesidades afectivas de sus hijos. En segundo lugar, los propios padres suelen haber pasado por experiencias difíciles en muchos casos, experiencias que implican duelos, por ejemplo, aceptar que no pueden concebir a un hijo biológico o el vivir la ansiedad e incertidumbre del propio proceso de adopción. De este modo, las emociones que acompañan a los padres durante la crianza suelen ser muy intensas y, en muchos casos, las ansiedades de los hijos se mezclan con las preocupaciones e inquietudes de los padres.
La verdad sobre el origen de los hijos
Una preocupación bastante común en los padres adoptivos es la pregunta de si se les debe decir que son adoptados y, de ser así, cuándo es el momento ideal para hacerlo. Se trata de un tema delicado y la respuesta acerca del momento para hacerlo varía dependiendo del caso, de la familia y de la edad del niño, pero lo que sí es importante es hablar con la verdad. Es mejor hacerlo durante la niñez en lugar de esperar a la adolescencia, pues si se espera mucho, los hijos pueden sentirse traicionados y engañados. La clave está en hablar de manera clara, directa y de acuerdo a la edad de los hijos. Será una conversación que se repetirá en distintas etapas del desarrollo y no hay que angustiarse por tener todas las respuestas, pues la clave está en saber escuchar a los hijos, intentar comprender sus emociones y acompañarlos a construir una identidad sólida sin negar su historia previa a la adopción (Esteban, 2017).
Adopción y adaptación mutua
El adoptar a un hijo implica una adaptación mutua: el hijo se va acostumbrando poco a poco a sus padres y a su nuevo entorno, así como también los padres se van acomodando a su hijo o hija. Es natural que en estos momentos de acomodo los padres se sientan desorientados, que tengan muchas dudas de si están haciendo o no las cosas bien o que sientan culpa de hacerle daño al hijo. Es completamente normal que surjan dificultades y conflictos, pues se trata un proceso natural que irá mejorando al conocer mejor al niño y al ir aprendiendo de qué manera responder a sus necesidades, a su personalidad y a sus ritmos (Gabinete Psicodiagnosis, s.f.). También dependerá de la edad del hijo, pues en el caso de adolescentes, el proceso de adaptación suele ser más complejo debido a que la mayoría de ellos han pasado por distintas instituciones y lo más probable es que les resulte difícil establecer vínculos de confianza rápidamente.
¿Es necesario que los padres y madres adoptivos consulten siempre con un psicólogo?
Si bien no es obligatorio, en muchos casos puede resultar bastante beneficioso que los padres y madres adoptivos cuenten con un espacio de acompañamiento psicológico en algún momento para poder expresar libremente sus inquietudes, temores y preocupaciones, pues de esta manera un profesional puede escucharlos y orientarlos al respecto. Otra opción es la de participar en grupos o talleres para padres adoptivos donde es posible compartir sus experiencias y contar con un soporte emocional. Estas alternativas permiten que los padres se fortalezcan como personas, como papás y, del mismo modo, van fortaleciendo así a sus familias y a sus hijos.
Vale la pena recalcar una vez más el rol tan importante y valioso de las familias adoptivas, ya sean hetero u homoparentales. Cada familia va construyendo su propia historia y esto va más allá de los vínculos de sangre. El pasado es una parte, pero también van trazando juntos un nuevo camino de compromiso, respeto, reparación, cuidado mutuo y mucho amor.
Referencias:
Esteban, M.L. (5 de junio de 2017). Padres adoptantes. https://www.lauraesteban.es/padres-adoptantes-tenerife/
Gabinete Psicodiagnosis. (s.f.). Comprender hijos adoptados. https://psicodiagnosis.es/areageneral/situaciones-especiales/claves-para-comprender-a-los-hijos-adoptados/index.php