Por karen Schang
En general, existen una gran cantidad de factores que podrían estar influyendo para que un niño le cueste hacer la tarea. Así como diferentes razones. En ese sentido, para responder a esa pregunta, habría que responderse algunas otras para comprender qué es lo que puede estar sucediendo con el niño o niña.
La herramienta principal que todo padre debe utilizar es la observación. Observar si hay alguna conducta que preocupa, observar cuándo comenzó, en qué momentos se da y cómo, cuándo se da. En este caso específico habría que preguntarse: ¿Siempre le ha costado hacer la tarea? ¿Ha sucedido recién en estos últimos días, meses, semanas? ¿De manera repentina o progresivamente? En caso de ser así, ¿Algo ha cambiado en su rutina? ¿Alguna situación en casa que podría estarlo afectando?
Una de las razones que se debería tomar en cuenta sería el tema emocional. Podría haber alguna situación que le esté generando preocupación, angustia, ya sea en casa o en el colegio. Una fuente de información muy importante a la cual acudir serían las maestras, preguntando ¿cómo lo ven en el colegio? ¿ha habido algún cambio? ¿cómo se desenvuelve con sus compañeros y maestras? De esta manera, comprender si hay alguna situación en el colegio que le esté generando malestar.
Al momento de hacer tareas, se recomienda utilizar la observación y preguntarse ¿le cuesta concentrarse? ¿quedarse quieto? ¿terminar aquello que comenzó?, probablemente le cueste concentrarse y organizar la información, o tal vez ni siquiera intenta aproximarse a la tarea. Este último es un punto importante a tomar en cuenta, ya que también es probable que la dificultad tenga que ver con la complejidad de la tarea. Tal vez la encuentre muy difícil, lo que podría dar lugar a una constante frustración, que finalmente ocasiona el que deje de intentar. En ese sentido, es posible que necesite un apoyo diferente al que se le está brindando.
Finalmente, como padres preguntarse y pensar ¿cómo lo están acompañando? ¿qué es lo que esperan de él o ella? Por ejemplo, por un lado, es posible que esperen que haga la tarea de manera completamente autónoma cuando en realidad necesita de mayor apoyo para poder hacerla, o por el contrario, la misma angustia los lleve a hacer por él o ella. En ese sentido, le quitan el espacio para pensar y encontrar sus propios recursos para resolver una situación.
En conclusión, no existe una única razón que explique el que a un niño o niña le cueste hacer la tarea. Por ello, es importante hacerse muchas preguntas, utilizar la observación y pensarse en el rol de padre, cómo es que uno está acompañando a su hijo en este proceso.