Por Karen Schang
Muchas veces he oído decir a la gente que es un lujo dedicarse a aquello que a uno lo apasiona. Sin embargo, me pongo a pensar ¿será realmente un lujo o será más bien lo que cada persona merece? Y es que la elección de carrera siempre ha sido un tema importante en la vida de una persona, ya que determinará la manera en la que vivirá esta: en qué empleará su tiempo y de dónde recibirá ingresos. En un sentido más profundo, esta elección guiará el proyecto de vida de la persona, influirá en sus redes de contacto que establezca, incluso en cómo la persona se perciba a sí misma. De hecho, es un proceso complejo. Más allá de elegir una carrera, no todas las personas llegan a descubrir su vocación, tal vez por eso se denomine “un lujo” el dedicarse a aquello que uno realmente desea.
Existen muchos factores que se ponen en juego al momento de elegir una carrera: los gustos, preferencias y habilidades de cada uno, y, por otro lado, factores externos tales como el nivel socio económico, la cultura y sociedad en la que uno vive, así como la historia familiar y el entorno más cercano. Muchas veces, existen ciertas expectativas a las que uno responde al momento de elegir una carrera, por ejemplo: padre médico, hijo médico. Existen familias en las que, por tradición, se espera que los hijos estudien la carrera de los padres. Otro ejemplo serían las familias que cuentan con un negocio familiar y esperan que los hijos estudien una carrera que vaya en la misma línea del negocio para así heredarlo, o tal vez simplemente se elige una carrera por el estatus y la aceptación que te da socialmente. El temor a la incertidumbre, a lo desconocido, muchas veces puede llevarnos a elegir guiándonos de lo que conocemos, es decir, de estas expectativas que otros tiene sobre nosotros. Luego, con el paso del tiempo, nos vamos dando cuenta que aquella carrera que elegimos no va de acuerdo a nuestras gustos y metas. En ese momento, podría nacer el deseo de cambiar de carrera. Este deseo puede desencadenar cierto temor, temor a defraudar a personas cercanas o a ser criticado por estas. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿estará bien cambiar de carrera?
De hecho, el ser humano se encuentra en constante proceso de auto conocimiento. La identidad se sigue formando a lo largo de los años. Las diversas experiencias y situaciones que pasamos día a día, nos permiten conocer nuevos aspectos de nosotros mismos, que años atrás no conocíamos. Inclusive, vamos adquiriendo nuevas habilidades que nos permiten desarrollarnos en distintos campos. En ese sentido, el cambio de carrera forma parte del proceso de auto conocimiento que uno atraviesa, el probar, equivocarnos, darnos cuenta y explorar para luego optar por una nueva opción, es sano. Sin embargo, es importante mencionar que esta debe ser una decisión informada y responsable, es decir, si existe el deseo de cambiar de carrera, uno debe darse el tiempo de pensar, conocerse y decidir cómo será su proyecto de vida y qué es lo que desea en su vida profesional, para luego explorar las distintas opciones. Es importante mencionar que muchas veces no sabremos qué es lo que queremos inmediatamente y es bueno tomarse un tiempo para poder descubrirlo.