Por Ximena Unzueta
La elección vocacional es proceso complejo y confuso de búsqueda y elección de una carrera profesional por el cual pasan todos o la mayoría de los adolescentes. También, es el primer o uno de los primeros momentos en el cual le toca a los adolescentes elegir sobre sí mismos y su futuro independientemente de sus padres. Además, todo esto ocurre en plena adolescencia, momento en que se encuentran en pleno proceso de construcción de su identidad. De manera, que aún están descubriendo quiénes son y qué desean hacer con su vida. En ese contexto, empieza a aparecer una serie de cuestionamientos y dudas respecto a la elección profesional que invaden la mente de los adolescentes: ¿Qué quiero estudiar? ¿Para qué soy bueno? ¿Elijo lo que yo quiero o debo hacer lo que mis padres dicen? ¿Qué me gusta hacer?, entre otras.
La verdad es que muchos de los adolescentes no tienen ni la menor idea de cómo responder a esas dudas, y en parte porque esto implica un proceso introspectivo y de autoconocimiento que muchos jóvenes jamás han hecho. De esta manera, muchos de ellos inician sus estudios sin haber hecho un proceso de análisis de la situación y menos de investigación sobre las opciones que existen hoy en día en el ámbito universitario y de estudios técnicos. Esto, a su vez, en muchas ocasiones termina generando repetidos cambios de carrera o deserciones académicas a medida que los jóvenes empiezan a descubrir y descifrar sus verdaderas vocaciones. Además, todo esto genera también un impacto significativo a nivel emocional; esta situación puede llevar a múltiples frustraciones.
Y es que este proceso no se trata solo de tomar decisiones, sino es un proceso de autoconocimiento, de mirar las fortalezas propias, pero también las debilidades; momento para descubrirse, pensarse a sí mismos e incluso llegar a comprender qué les está generando ese proceso tan complejo que están atravesando y que implica mirar al futuro. Idealmente, todo este proceso de cuestionamiento se podrá desarrollar libremente, pero no siempre es así. Existen a veces presiones y expectativas de parte de los padres para que sus hijos tomen ciertos caminos.
Entonces, estamos hablando de procesos que involucran aspectos emocionales (expectativas, temor al fracaso, vínculos cercanos, recursos propios), aspectos intelectuales (¿Qué capacidades se necesitan para hacerle frente a una carrera? ¿Con qué capacidades cuento yo?…), y aspectos vocacionales en sí mismos (¿Conozco todas las carreras que existen? ¿Sé qué es una malla curricular? ¿Sé a qué se dedican los profesionales de la carrera que quiero seguir?…).
¿Pero qué sucede con los aspectos emocionales de los jóvenes que atraviesan este momento? La decepción de dejar una carrera atrás, y el temor a mostrar a la familia este nuevo deseo generan gran impacto en los jóvenes. De manera que el ambiente familiar y los vínculos cercanos ocupan un rol esencial en la elección vocacional. Aquí entran en juego las personas que el joven toma como modelos identificatorios. Dichos modelos son incorporados, y serán de influencia respecto a los deseos e intereses que se consolidarán.
Existen diversos modelos de padres; unos son aquellos que desean que sus hijos estudien lo mismo que ellos, o que prioricen carreras más académicas o profesiones que se imaginan brindarán mayor estabilidad económica. Los jóvenes pueden sentir que deben cumplir ciertas expectativas, y a veces hasta elegir carreras en base al deseo de los padres en lugar del propio. Entonces, ¿cuál es el rol de los padres en el proceso de la elección vocacional de los hijos? Los padres deben acompañar al adolescente en todo su proceso de elección, lo cual le permitirá atravesarlo con libertad y seguridad, permitiéndole acercarse más a su genuino deseo.
También pueden aparecer presiones internas, temores frente a la elección, miedo al fracaso, angustia ante la propia independencia. Todo ello puede interferir y dificultar aún más la decisión. En caso surjan con intensidad estas presiones y miedos, se debe tomar en cuenta la posibilidad de buscar ayuda terapéutica que permita elaborar las angustias del adolescente, y así acompañarlo en la búsqueda de sí mismo.
Finalmente se consideran importantes las expectativas de la sociedad en la que vivimos y cómo afectan a los adolescentes. Actualmente se espera que seguido a terminar el colegio, se dé el ingreso a una universidad o instituto. Usualmente esto es en una edad temprana, previo a los 18 años, donde no todos tienen mucha claridad respecto a lo que quieren. Y es que se encuentran en plena construcción de su identidad. A pesar de ello, se espera que elijan antes de terminar el colegio, con el fin de ya postular a la institución deseada. Esto no toma en cuenta que el desarrollo de cada persona es diferente.
En conclusión, la orientación vocacional es un proceso para acompañar al adolescente a iniciar la búsqueda de su carrera ideal, atravesando por la construcción de su identidad y la travesía de realizar un trabajo interno, explorando sus miedos y deseos.