Por Ximena Unzueta C.
Decidir iniciar un proceso de psicoterapia es una gran decisión que implica contemplar diversos cuestionamientos al respecto. Muchas de las personas se preguntan ¿cómo será?, se encuentran muy nerviosas o simplemente no saben qué esperar. Pues bien, para iniciar una terapia lo más importante son las ganas de querer estar mejor, pues si no existen motivaciones para acudir a terapia, será muy difícil que se den resultados.
La psicoterapia consiste de acudir a sesiones en las que el que terapeuta acompaña al paciente en sus inquietudes, angustias, intereses, expectativas y demás procesos por los que atraviesa en relación a sus conflictos. Es así que se busca ofrecer al paciente un espacio seguro y de contención para recibir lo que necesita y emprender juntos un viaje de aprendizaje a través del acompañamiento.
Entonces, ¿qué se debe esperar y qué no sobre un proceso de psicoterapia? En ese sentido, el proceso terapéutico consiste en sesiones en las que el terapeuta trabaja conjuntamente con el paciente en la tarea de atravesar diversos procesos, sanar heridas, afrontar diversos temas, etc., pero es el mismo paciente quien tiene un rol principal en este viaje. Un buen psicólogo o terapeuta ayuda a liberarse de la culpa, pero también ayuda a que el paciente logre hacerse cargo de su malestar.
Si se piensa la psicoterapia como un viaje, se podría decir que es un viaje de autoconocimiento y de descubrimientos, se ofrece un espacio donde la introspección es el principal ingrediente y donde se aspira al crecimiento personal y fortalecimiento emocional. De esta manera, no se debe esperar que el psicólogo decida por uno: el o la terapeuta seguramente escuchará lo que el paciente le trae y o ayudará a contemplar las diversas opciones, pero cada individuo debe vivir su propia experiencia, de ahí que se genera el aprendizaje; no se debe esperar que se coloquen etiquetas: detrás de cada sufrimiento hay una persona, un ser humano y no importa el trastorno que esta padezca, sino cómo se enfrenta a la vida; no esperemos que el o la terapeuta adivine lo que sucede: para recibir ayuda hay que ser honestos en terapia y poder confiar, pues el espacio es confidencial. Por otro lado, es importante saber que el o la terapeuta no debe abusar de su posición: si uno no se siente cómodo o se siente intimidado, siempre es posible abandonar esa terapia y buscar un nuevo ambiente seguro.
Otro aspecto importante de un proceso psicoterapéutico es el tiempo o duración del mismo, debemos saber que este viaje es un proceso, por lo tanto requiere un tiempo, y cada persona es diferente y necesitará de un tiempo particular. No siempre será posible que el o la terapeuta pueda indicar cuánto durará el proceso, eso se irá descubriendo con el tiempo y será parte del mismo viaje conjunto que se emprenderá. Es posible que se sienta un alivio rápidamente después de algunas sesiones, sin embargo eso no asegura que ya todo esté solucionado, por el contrario es un buen inicio de un proceso.
La psicoterapia es un viaje hacia el interior de cada uno que se hace en compañía de aquel que llamamos psicólogo o psicóloga; en este viaje este acompañante dirá siempre la verdad aunque muchas veces esta sea dolorosa para los pacientes. Es un viaje muy enriquecedor, pero eso no significa que todo será siempre bonito o alegre. Un viaje hacia el interior implica afrontar, cambiar (cuando se puede) y aceptar (cuando no está bajo el control de uno) las cosas negativas de uno mismo y del entorno, no todas las sesiones serán de alivio o alegres, muchas serán dolorosas y tristes, pero es que el crecer implica la renuncia, aceptación y mucho esfuerzo. La psicoterapia es entonces un proceso que nos invita a, como diría Jorge Drexler, amar la trama más que el desenlace.